Punto de arribo de ballenas

Es una feliz coincidencia que dos de las más hermosas playas que existen en Costa Rica estén unidas por un tómbolo que semeja la cola de una ballena, justamente al lado del punto de arribo de las ballenas procedentes de la Antártida y Alaska.

A la derecha del tómbolo –una lengua de arena y formaciones rocosas de 1 km- los kilómetros y kilómetros de playa, con un mar azul de aguas azules y serenas. A la izquierda, Uvita, la playa más espectacular ubicada dentro del territorio del Parque Nacional Marino Ballena.

El Parque es un espléndido escenario natural, ubicado en el litoral Pacífico de Costa Rica, con un área de 110 hectáreas montañosas y 5.375 hectáreas marinas, con una amplia variedad de animales silvestres, entre los que se encuentran 85 especies endémicas.

Este paradisíaco espacio protegido del territorio costarricense es principalmente conocido por los arribos de ballenas, que llegan puntualmente  a reproducirse desde las gélidas aguas árticas, entre los meses de diciembre y abril de cada año y desde el Antártico entre julio y noviembre.

También es reconocida, por la abundante población de amistosos delfines. Son sólo un punto de referencia en relación con tantas cosas que el Parque y su entorno tienen para ver, admirar y disfrutar.

Parque-Marino-Ballena

La fauna es alucinante

Dentro de los límites del Parque se encuentra una de las mayores colecciones de coral que existen en el país: 18 especies de corales que el visitante puede apreciar con mascarilla o equipo de buceo, si tiene habilidades para desplazarse en el agua o, simplemente, verlos a simple vista desde una pequeña embarcación.

Forman parte de ocho arrecifes coralinos, pletóricos de vida multicolor y abundante, algas, esponjas y moluscos, que se complementan con una fauna marina compuesta tortugas lora y baula, estrellas de mar, langostas y peces de 70 variedades.

En tierra, la fauna no es menos abundante: cangrejos, iguanas verdes, fragatas, piqueros y pelícanos, ibis blancos y pájaros bobos.